19.11.05

El paso de los nazis por territorio mexicano (Reforma)

El paso de los nazis por territorio mexicano .
Por Gerardo Australia
REFORMA
(25 Enero 2005).

Con el reciente escándalo desatado por uno de los miembros de la familia real inglesa, el nazismo vuelve a ser el centro de atención. Recordemos cómo lidió México con los inicios del nacionalsocialismo dentro de su territorio.
A comienzos de 1936, asociaciones comunistas y judías, junto con grupos estudiantiles y de la CTM, bajo el liderazgo de Vicente Lombardo Toledano, comenzaron a manifestar públicamente su repudio al Tercer Reich: en las paredes de la delegación alemana pintaron la consigna "Muera Hitler", quemaron banderas con esvásticas y se exigió un boicot comercial contra Alemania.

El Gobierno de México sólo se uniría a la lucha contra el Tercer Reich al inicio de la Guerra Civil española (aportando armas). A partir de entonces, México sería el país latinoamericano donde más manifestaciones de rechazo contra Hitler hubo, aunque para 1940 había cerca de 2 mil miembros nacionalsocialistas en el país.

Años antes, en 1931, se fundaba en Alemania el Auslandsabteilung (Departamento para el Extranjero), una dependencia del Partido Obrero Alemán Nacionalsocialista (NSDAP) para reunir a miembros que vivían fuera del país. Hasta entonces eran unos cuantos expatriados nazis: "486 en todo el mundo, 7 de ellos en México", dice Jürgen Müller, catedrático de la Universidad de Colonia.
En 1934 la Auslandsabteilung pasó a ser la Organización para el Extranjero (Auslansdorganisation, AO). Una vez que contactaron a sus miembros en México, quienes no tenía relación entre sí, se organizaron en el DF para fundar, el 10 de noviembre de 1931, un Ortsgruppe (Grupo Local).
Ya en el poder, el Partido Nazi dejó de aceptar nuevos miembros en Alemania, pero no en sus dependencias extranjeras: en 1937 el 5 por ciento de los 6 mil 875 ciudadanos alemanes en México eran miembros de dicho partido.
El grupo no tardó en hacerse "regional" (Landesgruppe), con "20 miembros en Mazatlán, 16 en Veracruz, 16 en Monterrey y 5 en Puebla", apunta Müller, aunque comparado con los de Chile, Argentina y Brasil se trataba de un grupo pequeño.
El Landesgrupp en México tuvo su mejor líder en Arthur Dietrich, quien llegó a México en 1924 con un diploma en agricultura, pero al parecer la administración de haciendas no se le dio, así que pronto lo vemos como vendedor de productos dentales hasta su expulsión del país en 1940, inculpado de espionaje. Además de líder del Landesgrupp, Dietrich fungió como consejero de prensa de la representación alemana, lo que significaba estar a las órdenes de Joseph Goebbels y su Ministerio de Propaganda.
Las intenciones de la AO eran unificar alemanes en el extranjero, preferiblemente gente con dinero, que perteneciera a la clase alta, o que tuvieran influencia sobre los demás. Sin estos elementos había poco interés de la AO en su avanzada foránea.
En 1933 sus intenciones se vieron frustradas en México, pues, como apunta Müller, "surgió un conflicto de generaciones, de clases y de poder. Los representantes establecidos de la comunidad alemana, empresarios exitosos de clase alta, más o menos dos décadas mayores que los nazis, criticaban la juventud de los militantes, su bajo estatus social y los pocos años de residencia en el país". Fue cuando trataron de hacer una "unificación forzada" (Gleichschaltung), que al inicio tuvo algunos fracasos, pero que en 1935 culminó con la fundación de la Comunidad del Pueblo Alemán en México (Deutsche Volksgemeinschaft, DVM).
Esta agrupación nazi llegaría a tener para 1940 hasta mil 259 miembros, que junto con otras asociaciones fascistas, como la Juventud Hitleriana o la Asociación de Profesores Alemanes Nacionalsocialistas, alcanzaron los 2 mil miembros.
"Aunque no todos sus miembros hayan sido nazis empedernidos (...), eso indica que una parte considerable de la comunidad alemana en México fue expuesta a la propaganda y a los rituales nacionalsocialistas", expresa el académico.
Pero no sólo la comunidad alemana pasaba por la efervescencia fascista. También la comunidad italiana, si bien perteneciente a la clase media y prácticamente dedicada a la agricultura. El primer órgano de contacto que tuvieron como punta de lanza del fascismo de Mussolini en México fue la Sociedad Dante Alighieri.
Desde 1936 los representantes de la delegación alemana informaban regularmente a la SER de las actividades de la AO: "Un simple miembro del NSDAP en México se movía en el reducido microcosmos de la comunidad alemana y su contacto con el pueblo mexicano se limitaba a lo imprescindible", dice Müller.
El rechazo al nazismo por parte de la sociedad mexicana fue contundente desde el principio.
Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial la tensión entre alemanes inmigrantes y mexicanos se hizo evidente; las autoridades anunciaban públicamente la "ingenuidad" de los nazis en México, más cuando se perdió el mercado europeo en la Segunda Guerra Mundial, lo que obligó a México a mantener una férrea alianza con Estados Unidos. Con Manuel Ávila Camacho en el poder, el Partido Nazi mexicano se disolvió en abril de 1941.

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