22.11.05

La novia Fidelita, máquina de éxito (Reforma)

La novia Fidelita, máquina de éxito.
Por Gerardo Australia
REFORMA
(04 Mayo 2004).

El 10 de junio de 1944 el maestro mecánico José Cardoso se levantó temprano, se vistió con su mejor traje y se apresuró a llegar a su taller donde más tarde le estrellarían una botella de champaña a su "novia".
Acámbaro, Guanajuato, estaba de fiesta, pues se inauguraba la segunda locomotora de vapor hecha por obreros mexicanos, bajo la dirección del maestro Cardoso y sin ninguna asesoría estadounidense. La importancia del evento no tenía precedente, ya que demostraba que la capacidad y creatividad mexicana, pese al problema de los recursos, era de primera, sobre todo entre los obreros de Acámbaro, cuyos puestos se veían constantemente amenazados por proyectos de reorganización empresarial y rezago mecánico.

Al evento asistió un representante del Presidente Manuel Avila Camacho, quien estaba acompañado por un nutrido séquito, entre ellos una mujer que lloró toda la ceremonia.

Se trataba de la esposa del ingeniero Andrés Ortiz, por entonces gerente general de Ferrocarriles Nacionales de México. La máquina había sido bautizada con el nombre de una hija suya recién muerta: Fidelita.
A las once de la mañana, la señora de Ortiz tomó la botella de champaña y la quebró en una de las ruedas de la Locomotora número 296 que a partir de ese momento se llamó "Fidelita, la novia de Acámbaro". Y así, entre vítores, el maquinista encendió motores para iniciar su primer recorrido de Acámbaro a Tacubaya: "Fidelita iba llena de flores -comentó Salomón Vega, garrotero que vivió el primer recorrido-, con sus dos banderas mexicanas y en el centro una pintura del cura Hidalgo que dibujó un muchacho del taller (+) Las locomotoras mexicanas tenían mayor capacidad de arrastre (+), y en las pendientes Fidelita tenía ventaja sobre las locomotoras americanas".
La construcción de la novia Fidelita fue toda una hazaña. Con escasez de maquinaria pesada, como tornos y martinetes, los talleres de Acámbaro estaban olvidados desde la Revolución y sólo se dedicaban a hacer trabajos de reconstrucción para la rama de la División Pacífico.
Hacia los años 40, la construcción de una locomotora en México costaba 80 mil pesos, contra los 385 mil pesos que costaba el mismo tipo de máquina en EU en 1942. Era de esperarse que la simple existencia de Fidelita pusiera en el ojo del huracán las negociaciones entre ambos países, pero sobre todo quedaba muy claro que México, si de trenes se trataba, ya no dependía tecnológicamente de EU.
Fidelita arrancó, y cuando llegó sin problemas a Maravatío se telegrafió a Acámbaro donde todo era brindar, mientras que la señora de Ortiz "seguía llorando tímidamente". Al día siguiente, Fidelita entró a la estación de Tacubaya. Ahí estaba un ansioso grupo de técnicos, miembros de la Misión Americana, que la revisaron de arriba a abajo: "Se quejaban del olor a pulque, pero tuvieron que aceptar que estaba perfecta. Tuvieron que felicitar a Fidelita, ¡ja, ja!", ríe don Salomón Vega.
Al mes de la inauguración, el maestro Cardoso le envió una carta a Avila Camacho: "De manera respetuosa y atenta me permito suplicar a usted, señor presidente, nos dé su ayuda moral para construir otras dos locomotoras y posteriormente que nos brinde la oportunidad de manufacturar también máquinas de vía ancha, que tanta falta hacen para descongestionar las vías de nuestro país".
Desgraciadamente se vivía el último capítulo de la gran era del ferrocarril de vapor y Fidelita, en 1947, fue "condenada a la chatarra", para darle paso a una dama más fría pero efectiva: la de diesel. La hija del maestro Cardoso recuerda a su padre acariciando la caldera: "Hacía pucheros y apretaba la quijada para que no se le salieran las lágrimas, ni la dentadura postiza. Recuerdo cómo acarició ese día la caldera+ yo nunca había recibido una caricia tan larga como la que le dio a Fidelita antes de partir".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu artículo.
Sobre todo, gracias por tu tiempo y por el reconocimiento que le haces al pueblo ferrocarrilero de Acámbaro...
Hijo de Acámbaro y amante de Guanajuato. Te agradezco con mucho la publicación de información sobre la novia de Acámbaro. Nuestra Fidelita, que lamentablemente no se encuentra, como muchos quisieramos, en nuestra ciudad. Se presume que se encuentra en la ciudad de Toluca, donde pasan millones de personas a su lado y no tienen la idea del orgullo e importancia que esa "Maquinita" como le llaman, significa para nosotros, que nuestros abuelos, bisabuelos y muchos familiares trabajaron en los talleres para construir "LA FIDELITA"
Felicidades... tienes mi respeto y agradecimiento!!!

Miguel Elías'

Unknown dijo...

Debo aclararles que la Máquina Fidelita ya està en Acámbaro desde hace unos 8 años (no se bien con exactitud). Un grupo de personas de esta ciudad se unieron para dar con ella, se decia la habìan desmantelado para venderla como chatarra, pero cual fue su sorpresa cuando fue hayada creo en Pantaco donde tienen muchas màquinas de vapor estacionadas viejas y oxidadas una tras de otra.

Yo soy nieto de ese Señor Salomón Vega que relatò el primer viaje que hizo fidelita y no olvido eso de que decia que al llegar a su destino, la tripulaciòn de festejo (cotrario totalmente a la champaña) la bañaron en pulque, y que los gringos se tapaban la nariz diciendo que olia a "shit" jajaja.

Aqui les pego 3 link`s donde podràn apreciar la fidelita. Desgraciadamente se encuentra en la abandonada estaciòn y no esta tan a la vista al pùblico.

http://www.acambaro.gob.mx/
http://www.acambaro.gob.mx/wallpapers/fidelita.jpg
http://www.acambaro.gob.mx/wallpapers/fidelita%202.jpg

Gracias por tu artículo.

Anónimo dijo...

Te felicito. Soy nieto de Alberto Orellana para ese momento retirado del ferrocarril pero de espiritu tan rielero que tengo su foto con la locomotora. Te agradezco que te hayas tomado la molestia de dar a conocer y rescatar esta historia. pero siendo comentarista de otras cosas dire que aun sabiendo que sufriria hubiera nacido

CARLOS ALEJANDRO VÁZQUEZ GUTIÉRREZ dijo...

cUNA MUY RESPETUOSA T MÁS QUE NECESARIA ACLARTACIÓN.
La locomotora N. de M. 294, "La Fidelita", hizo su primer recorrido de Acámbaro, Gto. a la estación TACUBA O EN ESE ENTONCES, EMPALME TACUBA, NO TACUBAYA (ahí sólo pasaba el tren a Cuernavaca y Balsas, y desapareció al construirse el anillo periférico):
En cambio TACUBA era una estación importantísima, pues ahí empalmaban las rutas del FC. Nacional (a Laredo); del Central (a Cdad. Juárez y Guadalarara) y del México-Acámbaro-Uruapan; en cuanto el ramal del Central a Cuernavaca (al que pertenecía Tacubaya)se desprendía en los patios de Tlatilco y seguía por otra ruta.
Muy al principio, la ruta a Acámbaro (que hasta 1949 fue de via angosta) salía de la desaparecida Estación Colonia (donde se encuentra el Monumento a la Madre, entre Sullivan y Villalongín) hasta 1938, cuando esta estación desapareció). Ahí también salía el tren rumbo a Laredo (que, hasta 1906, fue de vía angosta).
. Ambos trenes arribaban a Colonia por la actual Av. Marina Nacional, en vías de 3 rieles (ancha y angosta), cruzaban por un puente metálico el río de la Verónica y entraban a la Estación Colonia, hasta que, desde 1938, salieron y entraron por Buenavista.
Cabe también señalar que, hasta la década de los 50's del pasado siglo, los trenes de carga y pasajeros arribaban y salían de Buenavista y Nonoalco por la única vía que existía: rumbo a TACUBA. Posterormente la salida era ya por Pantaco y Valle de México
Ruego a usted corregir su artículo, pues de se habla con ese error el la página del Bicentenario de Prodigy-MSN
Atte.
CARLOS ALEJANDRO VÁZQUEZ GUTIÉRREZ