19.11.05

Historia de un cuadro jamás devuelto (Reforma)

Historia de un cuadro jamás devuelto
Por Gerardo Australia
Reforma, sección Cronoscopio.
(04 10 2005)
En 1951 Lola Álvarez Bravo echó a andar una galería de arte contemporáneo en lo que era su estudio fotográfico, en Amberes 12, por entonces una zona nada “rosa”, mucho menos turística. Su intención era impulsar la plástica mexicana en todos sus aspectos. La galería vivió siete años y la exposición más trascendente fue, sin duda, la que tuvo lugar del 13 al 27 de abril de 1953: la primera exposición en México, exclusivamente de Frida Kahlo, a quien Lola admiraba e inmortalizaría a través de su cámara.
La idea se venía trabajando un año antes, y para completarla había que pedir prestados varios cuadros que Frida había vendido a particulares, entre ellos uno al compositor Carlos Chávez, entonces director del INBA. El cuadro se titulaba Naturaleza muerta. La misma pintora escribió una carta al compositor:

" Coyoacán, Diciembre de 1952.
Carlitos: Me dicen que estás en la mejor actitud de prestarme tu cuadro. No sabes cómo te lo agradezco. Que esta carta te sirva de recibo para recuperar tu cuadro. Cómo estás. Yo hace siglos que vivo aprisionada en la cama, salvo determinados días que me sacan a pasear algunos amigos. Mis saludos cariñosos a todos los de tu casa. Frida”.

Carlos Chávez atendió rápido y solícito el llamado de la artista:

15 de diciembre, 1952. Fridita:
…recibí tu carta hace pocos días en la que me pedías prestara a la galería de Lola Álvarez Bravo la pintura tuya Naturaleza muerta, de mi propiedad, para la exposición completa de tu obra. Entregué el cuadro al muchacho que me trajo tus líneas y me entero por ellas de que tu misma carta sirve de recibo. Estos renglones no tienen más objeto que confirmarte mi gran deseo de cooperar, aunque sea en esta forma tan pequeña, con el éxito de tu exposición. Carlos Chávez”.

La exposición fue un parteaguas, tanto para Frida como para el arte mexicano. Años después la gente todavía recordaba el emotivo momento cuando Frida se presentó en la galería. Un reportero de El Nacional describió la conmovedora escena: “[Frida llegó] sobre una camilla de hospital para recibir uno de los más cariñosos y entrañables homenajes que persona alguna pueda recibir de sus amigos personales y de los entusiastas del arte”.
Sin embargo, para Carlos Chávez algo salió mal, pues seis meses después de la exposición nadie le regresaba su cuadro.

"Octubre 9 de 1953. Fridita:
He tratado varias veces de comunicarme contigo por teléfono, pero no he podido obtener comunicación. Siento molestarte para el asunto de la pintura que te presté, de acuerdo con tu carta de diciembre, para la exposición de tu obra…, pero no he recibido todavía el cuadro en devolución. Creo que no será para ti mucha molestia dar instrucciones a quien corresponda para que me sea entregado. Para evitar confusión te agradeceré que me mandes decir con anticipación qué día y qué hora van a traerlo para que yo lo reciba personalmente. Carlos Chávez”.

Las cosas se complicaron, y para el siguiente año el cuadro seguía con los Rivera, que entre ellos se aventaban la bolita. Hacia febrero de 1954, Carlos Chávez se quejaba amargamente de que en tres ocasiones le había solicitado a Frida la devolución de su cuadro. La única respuesta de la pintora no podía ser más desalentadora: por su “estado de salud no podía ocuparse del asunto”, por lo tanto debía pedírselo a Diego Rivera pues lo tenía en su poder. Como era de esperarse, tampoco Diego dio muestras o la intención de querer devolver el cuadro de su amada Frida.
La historia tiene un final no feliz: jamás le regresaron el cuadro a su dueño. Hoy se exhibe en el Museo Frida Kahlo. Desengañado, el compositor jamás volvió a prestar un cuadro de su interesante colección, como se lee en su correspondencia de 1978, cuando el más célebre de los museógrafos mexicanos, Fernando Gamboa, le pide prestado su Juan Soriano: “La verdad es que, desde que Diego Rivera me robó el cuadro de Frida…”.
¿Habrá sido una venganza personal de Diego Rivera porque Chávez encabezó la censura y “secuestro”, el mismo año de la exposición de Frida, de su mural Pesadilla de guerra, sueño y paz, una clara propaganda antiyanqui donde figuran Stalin y Mao? Lo cierto es que ese mismo año quedó marcado como el inicio de una enemistad declarada entre Chávez y Rivera.

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